Para este trabajo de historia oral logré entrevistar a Pragmacio Cordero y a Wilfredo Montalvo Cintrón. Me contaron que para el año 1920 en el pueblo de Utuado,y en el barrio Ángeles había una escuelita donde se cursaba de primer grado a cuarto grado. El Huracán San Ciriaco derrumbó la escuelita y entonces hubo la necesidad de construir una escuela que cumpliera con todas las necesidades básicas del aprendizaje. No fue hasta 1928 que los terrenos fueron donados por familias adineradas pero de buen corazón. Entonces se construyó la nueva escuela en el barrio Ángeles de Utuado.

La escuela fue construida en madera, tenía apenas dos salones, una letrina y lo demás era para el deleite de los niños. Para ese tiempo no había mucha matrícula debido a la necesidad económica que había y los niños se quedaban en sus casas ayudando a sus padres. Los niños ayudaban en el campo a sus padres e inclusive realizaban labores de tejer. Las niñas ayudaban a sus madres en el aseo de la casa, se encargaban de ir al rio a lavar la ropa y de cuidar a sus hermanos o hermanitas menores que ellas. En las escuelas se crearon nuevas clases para el desarrollo principal del hogar, como economía doméstica, agricultura y carpintería.

En aquel entonces, Puerto Rico era un país pobre y había que cultivar los alimentos y encargarse de la crianza de animales y del trabajo de carpintería. La escuela se vio obligada a implantar esas clases como un medio sumamente importante. A las niñas les tocaba la clase de economía doméstica, en la cual aprendían a cocinar, coser,, el cuidado del niño y todas las labores de responsabilidad en el hogar. Los niños que se dedicaban a la agricultura tenían que sembrar y velar por las cosechas. Era sumamente importante que tuviese un terreno y si no tenia, el niño tenía que pedirle a su vecino un pequeño terreno donde pudiera llevar a cabo sus asignaciones.

A otros niños les enseñaban el trabajo de carpintería, a utilizar los instrumentos principales y conocer lo básico desde medir, cortar madera y usar las herramientas principales como el martillo y clavos, entre otros. Con estos nuevos programas, la matrícula de la escuela empezó a subir. Fue necesario construir más salones de clases porque ahora se podía estudiar de primer grado hasta cuarto año. Los niños entraban a las 8:00 de la mañana y culminaban a las 3:00 de la tarde. Se enseñaba inglés, ciencias, estudios sociales, aritmética social y español. Además de economía doméstica para las niñas, se enseñaba agricultura, carpintería y artes industriales para los niños. Se construyó el comedor escolar debido al hambre y a la pobreza y que muchos padres no podían alimentar correctamente bien a sus hijos. Se servía desayuno de vez en cuando y casi siempre era una harina de maíz o avena y leche. El almuerzo era fuerte y muy balanceado. Se servía arroz, habichuelas, carne enlatada y leche con maní. Luego cambió a leche con chocolate. Muchas veces se servía verduras con jamón o jamonilla, pero la mayoría del tiempo era arroz, habichuelas, carnes y desde luego, frutas.

Para el 1970 fue cuando introdujeron el llamado “hot dog” , los estudiantes empezaron a celebrar. Los estudiantes llevaban un ticket y la señora Angelita se encargaba de marcar el papel, si desayunó y si almorzó. El que no trajera el papel consigo no almorzaba. Se hacían grandes filas y como siempre se colaban. La escuela poco a poco se fue ampliando. Para el 1928 se construye el primer salón muy sencillo y de cinc. En 1929 se construyó de madera y para el 1970 lo construyeron de cemento pero, el techo siempre fue de madera. Con los años se siguieron mejorando los salones y se nombraron más maestros para mejorar la enseñanza. La escuela se conocía como la escuela de Ángeles o segunda unidad de Ángeles y luego deciden ponerle Eugenio J. Vivas School. Este señor fue un supervisor del Departamento de Educación y supuestamente él fue el que le dio el empuje a la escuela y ayudó a que la escuela siguiera mejorando.

Los niños que vivieron en las primeras décadas del siglo xx no contaban con recursos económicos para asistir a clases adecuadamente. Muchos de ellos iban descalzos, con pantalones rotos y el que no tenía ropa no asistía a clases. Los que tenían que cruzar el rio se iban descalzos y luego se ponían los zapatos en la escuela. Los libros estaban usados y la biblioteca se los facilitaba. Como eran muchos libros usaban correas para poder cargarlos o sogas, pero la correa era más resistente y segura para los libros. La enseñanza era bien estricta y muy importante. La clase de inglés era fundamental y había que poner mucha atención porque de lo contrario los maestros azotaban con una vara o con una regla a los estudiantes. Los principales castigos eran colocar las manos en el pupitre en el área donde se colocaba el lápiz y los azotaban con lo que tenía el maestro. Otro castigo, si te portabas mal, consistía en mandarte a la esquina del salón, de espalda y por mucho tiempo para oler cucarachas. Muchos niños les tenían tanto pánico a los maestros que a veces se hacían sus necesidades biológicas encima. Siempre había un niño intranquilo y molestoso el cual le hacía morisquetas al maestro, lo imitaba y se burlaba. Era el que le tenía sobrenombres a sus maestros como por ejemplo, al maestro de carpintería le decían “lagarto,” a la maestra de los ojos verdes le decían “La Gata” y había uno que era bien estricto y lo llamaban “Creditin”. A sus compañeros le amarraba los zapatos, uno con el otro, para que se cayera, le tiraban con papeles y luego se fugaba para que el maestro no lo pudiera encontrar.

Los juegos más importantes eran pelota y baloncesto. El que lo jugaba era el niño bien importante, el aclamado por las niñas excepto el chulo que era el niño bien lindo que todo lo que él hiciera las niñas lo encontraban bien lindo. Otros juegos eran los jacks, la peregrina, canicas, bingo, damas y el admirado trompo. Otro juego muy popular era quiñando lápiz y el toletero. Los peliones, ‘Pelea Pelea’ Matías y Marcelino peleaban al frente de la escuela y se formaban unos grandes motines. Otros echaban “Pica Pica” que es como decir “pepper spray” y se formaba tremenda revuelta en la escuela hasta dar con el culpable. También las llamadas Torteras, unas bolitas de plantas que se ponían al sol, se calentaban fuertemente y se usaban para quemar el cuerpo de otros compañeros. Eran maldades sumamente graves que se hacían, pero si te llegaban a ver ya sabias lo que te esperaba.

Siempre en cada escuela había una tiendita que era llamada “school suply”, que vendían desde materiales de escuela hasta pastelillos, refrescos, dulces, donas, rellenas, chiclets, etc. También había un piragüero que se llamaba Don Pascual y por lo que me contaron las piraguas eran exclusivas y deliciosas. No todos tenían dinero. Mi padre me contó que de vez en cuando le daban de uno a cinco centavos. Con cinco centavos se podía comprar un paquetito que traía diez galletas con crema, media libra de pan con mantequilla y un limber. Igualmente podían comprar diez dulces por un centavo, se vendían mucho los bembeteos (Sugar Daddy) y los blonies que eran unos “chiclets” largos y traían un comics por dentro. Los refrescos costaban quince centavos y las frituras eran a treinticinco centavos. Era lo más caro. El que podía comprarlo era porque su padre tenía para darle dinero.

Llegó un momento que hubo que dividir la escuela. Para 1956 don José Vizcarrondo fue el que logró fundar la escuela superior. La primera clase graduanda fue para 1959. La antigua escuela estaba muy deteriorada y los padres se quejaban del lugar de la escuela porque la escuela era de madera y estaba ubicada en una loma y en una curva y por esa carretera transitaba todo tipo de vehículos y por lo tanto resultaba peligroso. También se formaban peleas entre las tres escuelas. La escuela elemental era la que sufría porque los niños de la escuela intermedia les tiraban con pepas de almendra. Los padres querían más seguridad para los niños.

Debido a todo eso fue entonces que decidieron construir otra escuela elemental en un llano y con mejores ofrecimientos para los niños como: canchas de baloncesto, terreno para jugar pelota y correr hasta cansarse. Querían una escuela más amplia y moderna, con fuentes de agua, con mayor seguridad y sobre todo una biblioteca. La escuela Eugenio J. Vivas School fue cerrada para los años 2000 al 2002. Lo que queda de la escuela son ruinas. Y lo que era el comedor escolar ahora es el centro cultural Guarionex. Los últimos salones son ahora un centro de cuido de niños. Mis entrevistados estuvieron de acuerdo que deben prevalecer estas ruinas porque la escuela Eugenio J. Vivas fue una de las primeras en el barrio Angeles de Utuado y tiene su historia.

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